El teatro de cinco céntimos de Rocío Tovar

Últimamente he leído en los diarios tonterías como aquellas que "el mercado pertenece a los privados" dicho por el presidente de la CONFIEP en referencia a Repsol dando a entender que el gobierno no debería intervenir, o que la educación en la clase media genera gente de izquierda, dicha por un abogado insignificante cuyo nombre ya he olvidado. Pero las estupideces que he leído hoy en una entrevista en La República, se llevan todos los trofeos.

Extracto de la entrevista que la periodista Maritza Espinoza le hizo a la productora y directora de teatro Rocío Tovar en el diario "La República" el miércoles 3 de julio de 2013.

 

 

En otra parte de la extensa entrevista que le hicieron, la señora Tovar dice que le gusta transgredir y joder en las obras de teatro que produce y dirige, pero le falta lo esencial para realizarlo con un poco de calidad: un mínimo de cultura, aprender a respetar y no ser tan prejuiciosa (basta leer lo que dice sobre Alfonso Ugarte para darse cuenta de ello), entre otras cosas.

 

Si la señora Tovar quería ser transgresora en sus obras teatrales utilizando la Guerra del Pacífico, aquí le doy una pequeña e incompleta lista de traidores (algunos de los cuales hasta figuran en el Panteón de los Héroes) que podría utilizar como tema y generar más de una urticaria:

 

1. Mariano Ignacio Prado.

2. Nicolás de Piérola.

3. Miguel Iglesias.

4. Leiva

5. Carlos Agustín Belaúnde, jefe del batallón Cazadores de Piérola. (no sólo se negó a luchar en Arica, sino que instigó a la tropa a no hacerlo.)

(siguen firmas)

 

También podía utilizar aquel (supuesto) hecho que los chilenos dan por cierto debido a cierta carta que fue escrita por la tripulación de La Unión donde se refiere la huida vergonzosa de la corbeta en el sitio de Angamos dejando abandonado a su triste suerte al Huáscar. Según la carta, La Unión huyó dándole la popa a un par de barcos chilenos que tenían su mismo poder de fuego y desventaja, y que por lo mismo, no le eran superiores. Si La Unión hubiese presentado combate, el Huáscar hubiese estado más aliviado y hubiera tenido alguna oportunidad en su lucha contra el enemigo.

 

Nadie dice que la figura de Alfonso Ugarte sea intocable, podría referirse al hecho de que él en ningún momento se tiró del morro con el caballo y bandera en mano; sino que le cayó un balazo anónimo cuando iba de batería en batería dando la orden de no seguir disparando porque la batalla ya estaba perdida.

 

Lo que fastidia sobremanera es que se ponga a joder gratuitamente y debido a su ignorancia y prejuicio, justamente a algunas de las personas de una muy reducida lista de gente decente que se fajó por la patria en esos muy delicados momentos.

 

Y para terminar, la guerra nunca se llevó a cabo en el año 1889, ni Bolognesi era un general en retiro y mucho menos a Alfonso Ugarte le caben los adjetivos que ella en su prejuicio e ignorancia le atribuye.

 

Estoy seguro que de haber vivido en aquella época, la señora Tovar hubiese liado sus bártulos hacia el extranjero hasta que todo hubiese acabado, como hicieron muchos.

 

 

 

 

lo siguiente apareció en el semanario de los viernes, Hildebrandt en sus trece, 12 de julio del 2013.